El 25 de mayo de 1810 significó el inicio de un camino en la historia argentina, con seguridad no fue aquella una jornada como la filmó Mario Gallo en 1909 (http://www.youtube.com/watch?v=kt0VMxgWj2A), pero sin dudas, fue el inicio de un camino sinuoso por un destino siempre en disputa.
Pasaron los bloqueos, las guerras civiles, una guerra infame a un país hermano (el Paraguay) de cuyo gobierno estábamos más cerca que del nuestro -y así lo prueban los soldados desertores-, pasaron las matanzas para robarle las tierras a sus pobladores originarios, pasaron los levantamientos, las resistencias.
Y un 25 de mayo de 1910, con Estado de sitio y la Ley de residencia en la mano, los oligarcas festejaron su "progreso" y su "argentinidad". Después siguió la historia pero se les fue complicando, así tuvieron que soportar que grupos de una nueva clase media les cuestionara durante unas décadas el poder el cual recuperaron con balas y con botas.
En la década infame, los negociados fueron dueños y señores de la Argentina en un tiempo en el que la falta de compradores obligó a una industrialización que no querían pero que hicieron y al hacerlo, como sólo se preocuparon por ellos, aumentaron la desigualdad y la dependencia.
El golpe del `43 pudo poner cara a cara al pueblo con un futuro con justicia social. El 17 de octubre de 1945 los olvidados de la tierra, el subsuelo de la patria sublevado se hizo presente con toda su fuerza para señalar un destino.
Perón fue el encargado de mostrar que "la verdadera democracia es aquella donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés: el del pueblo". Por eso las bombas que cayeron en el ´55 abrieron una etapa sin sutilezas: estaba prohibido decir Perón, peronista, Evita; la palabra "retorno" se eliminó de los periódicos.
Y llegó un 25 de mayo de 1973 y parecía que esa juventud maravillosa iba a dar el ritmo al latido que nuestra pueblo necesitaba, pero las cosas cambiaron y muy rápido, y pronto, el silencio forzado del pueblo se llenó con la calumnia, la tortura, la desaparición y la muerte con el objetivo de quebrar al pueblo e imponerle una cruel dependencia y una cada vez más amplia desigualdad.
Después de los años negros, siguieron otros bastante grises, pero llegó otro 25 de mayo, en el año 2003 que nos empezó a reconciliar con viejos sueños y hoy, 25 de mayo de 2010, podemos alegrarnos de algunas cosas (la recuperación del correo, la aerolínea de bandera, el fútbol para todos, la ley de servicios audiovisuales, la asignación universal por hijo, jubilación de reparto, los juicios a los genocidas y tantas otras cosas más).
Por eso este 25 de mayo, nos invita a seguir trabajando en los barrios de nuestra patria, para que el sol que “viene llegando” –como decía el mudo- ilumine un sólido futuro con justicia social.
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